Este brazalete antiguo en alpaca, revestido en oro y con una enorme antigua y poderosa ágata en su centro me apasiono, por su belleza, por lo que me transmitía, por su carisma, por a dónde se me iba el pensamiento mientras lo admiraba, en fin..... Que acabe, alzando la mano y cogiéndolo y antes de haberlo mirado o admirado en profundidad, ya lo tenía en mi brazo, y mi imagen frente al espejo, claro esta. Mi amigo Asad, me observaba, aunque cada vez le sorprenda menos mi forma de actuar. Llegar al espacio de Asad, es viajar con él muchos años atrás, es sumergirte en un espacio en el cuál los objetos tienen vida propia, el arte te sonríe, y las joyas parecen guiñarte un ojo en su baile de seducción ante ti, sumergirte en el espacio de Asad, con un té en la mano, que siempre acabo olvidando, es sumergirte en la historia, y dejarte llevar por la belleza, así que mi buen amigo conociéndome ya, sabe que si, que el té lo sostengo en la mano, que a él le escucho sus mil y una nuevas aventuras de mercader, pero que mientras hago todo esto, yo estoy siguiendo el baile junto a las preciosidades que tengo junto a mí, hasta que una de ellas, me coge, y entonces, ya no hay té, ya no hay historias, ya no hay Asad, sólo estamos la pieza y yo, y me sumerjo en su embrujo, mientras me aproximo a ella, la siento mientras la tengo entre mis manos y sé que será mía cuándo me la coloco, cómo en es el caso de este brazalete, en el brazo.
El baile ha finalizado, rescato mi té, bueno Asad, ya me ha pedido otro, lo vuelvo a escuchar, intercambio unas risas con él, y vuelvo a empezar, a dejarme embriagar por un nuevo baile de seducción, el de las piezas, joyas, artesanía, historia, vivencias, " arte " ante mí. Es un placer poder bailar al son de la historia, sintiendo la pasión a la que te transporta la belleza, empapándote de arte.
Tse Amargant